lunes, 31 de marzo de 2008

Un conflicto espurio

E incluso un poco tonto, pero también interesante comunicativamente hablando: ¿Raúl o Raúl no?

El seleccionador español, Luis Aragonés, no va a llevar al delantero del Real Madrid, Raúl, a la Eurocopa. O eso se desprende de las últimas convocatorias y declaraciones del que llaman, “Sabio de Hortaleza”.

El problema radica en cómo vender una decisión impopular tomada por un tipo cada día más antipático. Observando su actuación, los servicios de prensa de la Federación Española de Fútbol hacen lo que deben: dejar que sea el propio Luis el que cargue con el peso de sus ocurrencias, y que sea él el que las comunique. Y si mete la pata y dice algo indecoroso, pues a seguir trabajando, que ya no hay nada que hacer.

Porque Aragonés ya pasa de todo. Y más concretamente, de la comunicación de la Federación: revisando la hemeroteca cualquiera se da cuenta de que lleva mucho tiempo en una huida hacia delante cuyo resultado (ganar la Eurocopa o caer eliminado en primera ronda) le da igual.

Me da que, una vez superados los inicios de úlcera que provocó la mala leche impropia de alguien a quien llaman sabio (incidente racista incluido), los responsables de prensa están disfrutando de la época más tranquila en lo que a la selección se refiere, ya que están haciendo realidad el proverbio georgiano que dice que “quien levanta la espada, cae con la espada”. Más trabajo les dan Villar y, sobre todo, sus enemigos.

Y ya, me desahogo (hoy, que el Athletic está a 7 puntos del descenso): de fútbol sé un poquito, lo justo para saber que a una selección no deben de ir los que mejor están, sino los mejores, y dejar en su casa a Raúl a cambio de Güiza es para quemarse. Que Aragonés vaya preparando la pomada.

martes, 18 de marzo de 2008

“Una pregunta básica es si todo esto es suficientemente básico”. De Johan Galtung en su célebre Paz por medios pacíficos. He de reconocer que no soy uno de sus seguidores, precisamente, pero la cita es, por motivos obvios, destacable.

lunes, 17 de marzo de 2008

Cosas que no cuelan

No cuela que el Dalai Lama Tenzin Gyatso sea el culpable de que el Gobierno chino haya matado a un número indeterminado de tibetanos (entre 10 y 100), durante las revueltas de la pasada semana.

Por suerte, hay fuentes a las que ni el poder económico les otorga fiabilidad.

Según cuentan, el gobierno tibetano, desde su exilio en Dharamsala, sí que ha impulsado esta protesta en Lhasa (la capital del Tíbet) en la antesala de las Olimpiadas que se celebrarán en Pekín este verano.

No hay que olvidar que la tibetana es una de las banderas de las reivindicaciones nacionalistas en el mundo, después de que el Gobierno chino invadiera la ciudad espiritual de Lasha el pasado siglo. Aquello sí que fue por el morro y por la fuerza. Y sólo ser una de las mayores potencias de consumidores en ciernes salva a China de ser presionada por la comunidad internacional, más interesada en el dinero que en seguir la senda correcta (y no sólo espiritualmente hablando).

Personalmente, no me creo que la religión más pacifista que hay en el mundo provoque muertos. Eso es cosa de la represión del mismo gobierno que hizo cambiar a Google sus motores de búsqueda cuando un chino escribía “china” en China.

Los gobiernos antidemocráticos, a la mierda. Y el Tíbet, libre.

viernes, 14 de marzo de 2008

Zaplana se va

Eduardo Zaplana dice que abandona su puesto de portavoz del PP en el Congreso, y me deja desolado.

Porque he de reconocer que este tío me gustaba. Será esa extraña tara que tengo por la que personajes como el moreno del PP, Berlusconi, Sarkozy o cualquier mafioso italiano o estadounidense, me parecen admirables de algún modo.

No en su fondo (en ningún caso), pero sí en sus formas.

Como experto en comunicación, he de reconocer que trabajar con un perfil como el de Zaplana es realmente cómodo. Para empezar, porque es muy marcado, con lo que cualquier cambio sólo sería a peor porque le haría falso. Para seguir, porque es auténticamente socarrón, irónico y desidioso. Para terminar porque es un pararrayos perfecto, que atrae hacia sí las tormentas pero no le tumba ninguna.

De hecho, si ha sido tan atacado es porque era incómodo. Y al final, ha tenido que ser él el que diga que se marcha. No han podido noquearle.

No obstante, con la marcha de Eduardo no echaremos de menos a ningún político de altura, con grandes ideas o proyectos (aunque fueran de derechas), capaz de tender puentes y de volarlos sin que le tiemble el pulso cuando es necesario.

No. Zaplana era de ese tipo de políticos que no hacen política, pero que obligan al oponente a hacerla. Y que aunque el PSOE desarrollara grandes planes, seguían teniéndole enfrente, distrayendo la atención mientras el resto del PP pensaba en contrarrestar la iniciativa socialista.

Eso sí. Con lo que le va la marcha al cartaginés, me niego a creer que será lo último que sepamos de él.

jueves, 13 de marzo de 2008

La lucha contra el TAV: un ejemplo de mala comunicación


Paremos un poco con los análisis de las elecciones y hablemos de uno de los grandes temas de la campaña, y del pasado año.

A mi lo de la alta velocidad vasca me parece una buena idea siempre que, finalmente, no provoque una Euskadi de dos velocidades (los que pueden pagarse el billete del TAV, y los que sigan viajando en tren, autobús o coche).

Sin embargo, creo que soy lo suficientemente inteligente para reconocer una buena campaña incluso cuando es para defender ideas que puedo no compartir.

No obstante, ese no es el caso de la plataforma en contra del TAV. Más bien, todo lo contrario.

En pocas palabras, que esto es un blog: es incompatible llamar a la movilización y, al mismo tiempo, restringir el acceso a la protesta.

A ver, que a nadie se le ha prohibido ni se le prohibirá unirse a una manifestación contra la alta velocidad en Euskadi.

El problema es el planteamiento comunicativo: convocantes, asistentes, animadores, medios que dan cobertura a las protestas y personajes que ofrecen su apoyo son todos cercanos a los movimientos de izquierdas y abertzales.

Lo cual no tiene por qué ser negativo a menos que se plantee tan mal como se está haciendo.

La agresividad, la bisoñez de algunos lectores de comunicados, el discurso, todo suena a una izquierda abertzale concreta, la que se reivindica como auténtica, la que en el nombre de la conculcación de derechos pretende conseguir más derechos que los demás.

En definitiva, es fácil vaticinar unos malos resultados para esta protesta y que, finalmente, el TAV pasará por un recorrido no modificado por la acción social, si la campaña de comunicación es así de pésima.


(en la imagen, las vías de Bolueta, en Bilbao)

miércoles, 12 de marzo de 2008

¿Y qué pasa con Rajoy?

Y creo que no debería de irse. Una dimisión ahora es el abandono de un capitán cobarde. Otra cosa es que, cuando arribe a puerto, proponga a otro al mando de esta destartalada nave.

Porque en IU se habrán dado una buena, sí. Pero Llamazares lo ha leído muy bien: se queda para no descabezar el partido (lo único que le faltaba), pero no se presentará a la reelección. De este modo, ha avisado con la suficiente antelación para que los diferentes sectores preparen candidatos y programas.

Pero este no es el caso de Mariano. Ni mucho menos. El gallego anuncia que se presentará para que le elijan otra vez presidente de su partido (por eso de presidir algo). Y el PP ha dado muestras de cualquier cosa menos de democracia interna. Vamos, que a menos que lo eche Aznar, tenemos Rajoy para rato.

De lo suyo gastan, sí, pero el marrón se lo van a comer, sobre todo, los que tengan que organizar la próxima campaña. Porque, hablando claro: nadie quiere votar a un perdedor. Y es que Mariano lleva dos derrotas, y de las buenas.

Eso en el PSOE lo entendieron bien, y no tuvieron reparos en quemar a Almunia para dar con el vencedor, con ese nuevo González en el que quieren convertir a Zapatero. O eso parece.

martes, 11 de marzo de 2008

¿Qué pasa con IU?

Ni soy sociólogo, ni politólogo, ni lo pretendo. Que para eso están ellos y lo hacen fenomenal. Por eso no puedo explicar la debacle de IU desde otra perspectiva que la comunicativa.

¿Por qué un partido al que mucha gente tiene simpatía, con un líder impecable (Llamazares) y después de una campaña creativa, atrevida e interesante ha tenido unos resultados tan desastrosos?

Ante esta pregunta, considero que el de IU es el ejemplo perfecto para explicar ese requiebro difícil de creer para los no iniciados que supone que los receptores no son los que eligen el medio que compran.

Me explico.

Insisto en que IU es un partido al que muchos votaría, ¿por qué no lo hacen? Pues porque los mecanismos de persuasión en comunicación hacen que así sea.

Hablemos de los medios para poder entenderlo mejor: la mayoría de lectores creen que ellos son los que eligen el diario que compran (por ejemplo, El Correo). Y que su supervivencia depende, únicamente, de su fidelidad y de la del resto de compañeros que deciden informarse con ese medio.

Sin embargo, no es así. Son las grandes empresas que aportan publicidad (por ejemplo, Telefónica) las que se aseguran la pervivencia del medio que defiende sus intereses. De este modo, condicionan la oferta del lector que, al mismo tiempo, se cree libre de elegir entre diarios con más medios y potencia para campañas de publicidad (o simplemente un mejor servicio como El País), y el resto (por ejemplo, Deia).

Pues algo parecido ha pasado con IU. Muchos de sus votantes creen haber elegido libremente su opción de dar su apoyo al PSOE. Pero esta vez han sido los medios los que se han asegurado de que parezca que esa elección no ha sido condicionada, al tiempo que ubicaban en el mejor de las posiciones a Zapatero.

Y si no, se puede mirar al otro lado del arco ideológico: el boicot que se ha hecho al partido de Rosa Díez ha sido flagrante porque el PP no quería perder un voto a favor de este grupo de oportunistas. Así han sacado sólo un escaño en Madrid, donde era más marcada la existencia de dos facciones dentro de los populares: la derecha de Gallardón, y la más derecha de Aguirre.

Curioso todo esto de la elección condicionada, ¿verdad?

lunes, 10 de marzo de 2008

Reparto de hostias

Ayer fueron las elecciones y hoy, como no podía ser de otra manera, tenemos los resultados, los análisis y las reflexiones.

Me apunto.

Lo primero, y por orden de importancia, recordar que hay un socialista que no lo está celebrando: Isaías Carrasco es el último asesinado por ETA, y hoy se le recordará en las concentraciones de condena que deben ser multitudinarias.

Lo segundo, que María San Gil protagonizó uno de los capítulos más vergonzosos e incomprensibles que se recuerdan en los días de atentado. Según cuenta ella misma, Patxi López (todos los lectores de este blog sabéis el poco aprecio que le tengo, pero en estos momentos merece todo mo apoyo) increpó a Rajoy en la capilla ardiente. Lo peor no es que ocurriera, porque en esos momentos de tensión hay que ser más comprensivos y tener en cuenta el contexto en el que se hacen esos comentario. No. Lo más escandaloso podría ser que a la guipuzcoana le faltó tiempo para chivarse de ello a los medios.

Pero lo peor será que, si ETA vuelve a matar a alguien y la víctima se la pueden apuntar (porque eso es lo que hacen) los populares, éstos no dudarán en devolver al PSOE el mal trago de verse increpados (valoremos dolores: un muerto frente a un comentario. Cuanto más se piensa, peor persona parece San Gil).

Volvamos a las elecciones: cuatro vencedores y muchos vencidos, pero con diferente derrota. Han ganado, por este orden, el bipartidismo (error: eso es despreciar a una parte muy importante del Estado), el PSOE (los lectores del blog acertaron en la encuesta), CiU (con dos cojones) y Rosa Díez (que con su gesto de no presentarse por Bizkaia dejó claras sus intenciones: vivir del cuento político cuatro años más. Y al resto, que les den).

Una de las hostias se la ha dado el PNV. Pero no ha sido para tanto, y eso en el PSE lo saben, por eso están siendo tan sorprendentemente cautos. El panorama para la formación de Urkullu no es tan malo como podría parecer de cara a las próximas autonómicas: con una EA casi desaparecida, una izquierda abertzale muerta (a la que Zapatero no va a resucitar con otras siglas ni para perjudicar a Ibarretxe), una IU sin presencia, un López que no es ZP y un PP que es el que nutrirá de votos al PSOE (eso anula mucho voto basculante del nacionalismo al socialismo), el panorama no es, ni mucho menos, catastrófico.

No obstante, es innegable que los resultados no han sido buenos, que esta vez la historia (nueve diputados vascos) la ha escrito el PSE y que, pese a todo, muchos jeltzales hubieran firmado tener seis diputados en las elecciones en las que Bizkaia perdía uno como circunscripción.

Porque, siendo sinceros, las grandes hostias se las han dado los más pequeños: IU (nunca hubo líder mejor que Llamazares con peores circunstancias alrededor), ERC (que han pagado muy caro su segundo apoyo al PSC, que es el que les ha sangrado los escaños), EA y la Chunta Aragonsesista.

Y es que en el PP, salvo los más fanáticos, se lo esperaban. Y hablando de problemas mentales, hablemos de los incondicionales que ayer acompañaban a Rajoy en Génova, que (1) se quejaron de que su líder fuera deportivo en la derrota y llamara a ZP, (2) la misma noche en que el PSOE obtenía una victoria incontestable gritaban “¡Zapatero dimisión!”, y (3) por si fuera poco, jalearon al gran derrotado, al hombre más soso y triste de la política estatal: “Pizaaarro, Pizaaarro....”.

Que alguien me lo explique.

viernes, 7 de marzo de 2008

El otro flickr de Mariano (y alguna cosa más)

Este es el último post de la campaña. El próximo será para comentar la victoria que el PSOE obtendrá el domingo. Una victoria que, en ningún caso, será holgada y, ni mucho menos, rozará la mayoría absoluta. Porque el gran problema de la izquierda sigue siendo el mismo de siempre: no todos los que dicen que votarían a Zapatero, se acercarán a su colegio electoral.

Pero hablemos de más cosas y más cercanas (que para hablar de los socialistas, ellos solos se bastan y se sobran):

Al parecer, EA mantendrá su diputado por Gipuzkoa. Pero creo que eso habrá que verlo.

En Bizkaia, el último escaño (después de reducir uno que se va a la todopoderosa Murcia) parece estar entre Marisa Arrue (una ultraconservadora del PP) y Rut Martínez (responsable de Relaciones Internacionales del Parlamento vasco). Yo, desde luego, tengo claro que la derechona española (según me cuentan, la getxoztarra Arrue es una firme activista contra el matrimonio gay, entre otras cosas) no quiero que me represente en Madrid. Y es más: animo a quien lo lea a que eso no suceda.

Y en conjunto, me ha sorprendido el desprecio del PSE hacia el partido que más eligen los vascos, el PNV (nos joda o no nos joda). Una cosa es la estrategia, y otra la sensibilidad: los de Patxi López (desaparecido por completo, eso sí, le veremos el domingo a la noche) no han pasado de los jeltzales, sino de todos sus votantes. Y esos detalles la población suele tenerlos en cuenta (por suerte).

Por no insistir en la apropiación de ciertas iniciativas que han sido netamente nacionalistas: concierto económico (que se niegan a blindar) o el tren de alta velocidad.

Mención aparte me merece la perplejidad en que me tiene sumido la campaña de la izquierda abertzale ilegalizada. Lo primero: reitero mi convicción en que que hay muchos vascos a los que se les niega el derecho de votar su opción, y que eso me parece rematadamente mal. Pero eso de pedir la abstención para solucionar las cosas me parece un requiebro que se acerca más a la chorrada que a la posibilidad real.

En el resto del Estado, esta ha sido la campaña de los decepcionantes debates. Habrá que ver si se repiten en el futuro (probablemente sí, y seguramente con el mismo nivel). Y la de una IU arrinconada. No hace mucho, en una viñeta de El País se podía leer algo parecido a: “Vota a Izquierda Unida, puede ser la última” y me temo que, esta vez también, el humor esconde una peligrosa verdad. Y eso que su campaña ha sido, sin duda, la más creativa, imaginativa y difícil. Sólo superada (en las dificultades) por la de Rosa Díez. Y es que únicamente por la hostia que se van a dar los paladines del victimismo, merece la pena poner a enfriar el cava.

También ha sido la campaña de Ramón Jauregi, convertido en uno de los hombres fuertes del PSOE, y de Esteban González Pons, un valenciano que representa magníficamente el estilo Zaplana (puro-purito PP): sobrado, socarrón, y con ese aire de “estáis todos equivocados y, además, me da igual”.

Finalmente, no puedo dejar de lado que, si la anterior campaña fue la de los blogs, en esta han irrumpido también los flickrs. Y es que Rajoy, a falta de uno, tiene dos: el que le hacen (un poco aburrido) y el de algún cabrón con mucha mala leche, imaginación y nociones de Photoshop, que me parece, simplemente, divertidísimo (aunque un poco viejo).

Ya sabes, el domingo a votar, que no gane la abstención (que en Euskadi se la apropian unos). Y si vives en Bizkaia, evita que Marisa Arrue salga elegida.

miércoles, 5 de marzo de 2008

Gallardón debe dimitir


Me quedaba en el tintero un post sobre el affaire Gallardón. Y es que todos recordamos que el alcalde de Madrid dijo que después del 9 de marzo abriría un periodo de reflexión consigo mismo.

Para empezar, lo que está claro es que el político más progre (o eso nos hacen creer) de los rancios no ha acudido ni acudirá a las famosas maitines. O lo que es lo mismo, las reuniones más importantes en el PP, en las que se toman las decisiones de verdad.

Para seguir, a mi juicio, ese periodo de reflexión debe terminar en una retirada con la cabeza bien alta de Alberto. Y me explico:

Si el PP pierde las elecciones (lo más probable) y él se queda, parece que va a presenciar e incluso actuar en la venganza contra esta cúpula viejuna de los populares.

Por el contrario, si dan la sorpresa, ganan y gobiernan, y él sigue en este barco, va a parecer que se apunta al caballo ganador.

Del mismo modo, si el PP gana pero Gallardón se va, se va un hombre claramente derrotado pero consecuente y respetándose a sí mismo.

Y volvemos a la realidad: cuando el PP pierda, si él decide marcharse y renunciar de este modo a la sangre (siempre figurada) que se le debe, va a proyectar una imagen de coherencia y compromiso realmente elogiable.

No obstante, hay un problema añadido: Alberto Ruiz-Gallardón sólo sabe hacer una cosa, ser político. Es decir, no forma parte de esa tipología de mandatario que volverá a una profesión cuando se retire, como hizo Josu Jon Imaz o podrá hacer Gaspar Llamazares.


Así que la renuncia conlleva un riesgo. No laboral, porque siempre habrá algún amigo que quiera tenerle en su empresa. Pero sí personal por el vértigo que sentirá. Tal vez por eso decida tomar el camino erróneo de quedarse en un PP derrotado.


(otra fotografía de Madrid, esta vez de la Gran Vía desde el Starbucks)

martes, 4 de marzo de 2008

Pues yo creo que ganó Rajoy


Otra cosa es que la mínima victoria que ayer obtuvo el presidente del PP beneficie al PSOE porque le ayudará a movilizar sus votos. Pero, para mí, ganó Rajoy.

Y es que, como dije antes del primer debate: sólo podía ir a mejor.

El gallego fue como los equipos de fútbol bien posicionados: que aunque son once, igual que sus adversarios, parecen más porque todos los balones les llegan a ellos. Además, en el último tercio del programa algo parecido debió pensar Rajoy porque se soltó y, por primera vez en 15 días, vimos un debate. Y eso que, esta vez, ambos iban al ataque.

Pero Mariano estuvo más hábil al llevar a ZP a su terreno. Incluso en temas como terrorismo o inmigración. Donde, por cierto, siempre sale su vena más clasista (e incluso “castista”). Eso sí, su postura corporal delataba sus nervios: al principio movía la pierna izquierda, hablaba rápido y su juego de lengua con saliva no fue de los que hacen votantes, precisamente.

Permitidme otra: me sigue pareciendo que roza el ridículo cuando intenta hablar de “hay que ver qué cara está la vida, José Luis”.

Finalmente, en la intervención final, Rajoy cometió cuatro errores (en tres minutos, es un promedio tirando a pésimo): el primero, mentar a la niña. El segundo, no cambiarlo de orden y empezar con ella para acabar con las prioridades. El tercero, marcar hasta tres temas como “el más importante” de su legislatura. Y el cuarto, ofrecer consenso ¡desde el Gobierno! Eso es poca vergüenza, entender la democracia “a mi manera” y una irresponsabilidad supina.

Con todo, creo que ganó Rajoy. ¡Si hasta le dio donde más duele: en su propia provincia, León! Creo que hay pocas cosas más sangrantes que acusar a un líder de no haber dinamizado el lugar del que salió.

Simplemente porque las críticas al PP sonaron más gastadas que las del PP al PSOE.

Y eso que Zapatero empezó muy bien, muy hábil: aunque iniciaba el debate, en sus intervenciones se preocupaba por responder primero a Rajoy y luego por decir lo que ponía en su guión. Y el libro blanco fue un acierto.

Además, el actual (y próximo) presidente del Gobierno juega con ventaja, porque lo que va a ofrecer, su programa, es simplemente mejor que el del PP.

En conjunto, hubo algo que me sorprendió. Que fueran fieles al lema de los ochenta que decía que, en televisión, un candidato debe sujetarse a tres normas: (1) diga lo que va a decir, (2) diga lo que dice y (3) diga lo que ha dicho. Porque repitieron ideas palpablemente.

Sobre las televisiones: sí, yo lo vi en La Sexta (en la que González Urbaneja sigue diciendo las cosas por su nombre correcto, y donde Escolar apareció muy desdibujado). Y la victoria clara de la noche se la llevó Olga Viza, que lo hizo mejor que su antecesor, Manuel Campo Vidal.

En general, teníamos muchas ganas de debates, pero los protagonistas hicieron una cosa peor que decepcionar: consiguieron aburrir a un freak de la política como yo.

Y no voy a dejar de mencionar la famosa primera pregunta de Rajoy en el Congreso. Creo que no debían de encastillarse en eso pero, ¿cómo dejar que el otro se salga con la suya? De todos modos, la pregunta más importante que deberían de hacerse ambos es: ¿dónde están el resto de partidos que representan a un buen montón de gente con diferentes sensibilidades?

Visto lo visto, esa debería ser la respuesta social al debate.


(en la imagen, un León de la Catedral de León, de donde es oriundo José Luis Rodríguez Zapatero)

lunes, 3 de marzo de 2008

La búsqueda del tercer espacio

En conflictología, el tercer espacio es el que propone, el que da ideas o intenta generar dinámicas para que no se atasquen las partes.

En comunicación, el tercer espacio puede ser el de la investigación (que yo desempeño, junto a otra mucha gente) que observe las relaciones entre fuentes de información y redactores.

Y en política es ese lugar de difícil acceso desde el que hacer ofrecimientos a las partes. Pero que no supone la equidistancia, donde el peligro de aplastamiento es bastante alto.

De todo esto, y alguna otra idea más, es de lo que trata el último artículo que he publicado en Deia, y que vio la luz ayer domingo.