miércoles, 18 de abril de 2007

A toda leche


Vuelve a la carga el colectivo contra el tren de alta velocidad en Euskadi, también conocido como Y vasca. Eso me recuerda que el pasado 29 de marzo asistí al Sheraton de Bilbao para oír, de boca de la Consejera Nuria López de Gereñu, en que consistía la propuesta.

Y he de reconocer que me convencieron. Para empezar, es una Y y no un triángulo (como propuso IU por medio de la verborrea habitual de Madrazo) porque, de este modo, es como menos kilómetros de vía se construyen. Para seguir, que salvo en algunas zonas de Gipuzkoa, los propietarios de las tierras se están aviniendo (y no es de extrañar cuando el que paga es el Gobierno Vasco). Y para terminar, porque la conexión con Francia, uno de los países junto a Alemania con más kilómetros de tren de alta velocidad, supone ser una puerta a Europa.

En el otro lado, nadie dijo cuánto costaría el billete y, sobre todo, si para que algunos accedan a viajar de capital en capital vasca en 30 minutos (sí, sí, media hora), otros tendremos que sufrir reducciones de transportes más económicos. Vamos, que allí no se garantizaba que no se fuera a construir una Euskal Hiria (término “robado” a Bernardo Atxaga que no dejan de repetir los por-TAV) de dos velocidades.

Más allá de las cuestiones técnicas, la alta velocidad vasca va a unir las tres capitales de la CAV con la Navarra y con las de Iparralde y, lo más curioso, es que todas las autoridades están tan contentas. Incluso las más reaccionarias. Me mojo cuando digo que a los que se oponen al proyecto lo que les pica es que ese tanto se lo marque el PNV pero, ¿a que no sería tan extraño? Y tengo otra pregunta: ¿cuántos de estos opositores han viajado a París en TGV (como la mitad de Euskadi) y han reconocido sus bondades?

1 comentario:

Anónimo dijo...

pues menuda mierdA!!! DE COMENT
yo no e viajado en esas movidas ni tengo intencion de montar en unos trenes como esas. AHT GELDITU