martes, 11 de marzo de 2008

¿Qué pasa con IU?

Ni soy sociólogo, ni politólogo, ni lo pretendo. Que para eso están ellos y lo hacen fenomenal. Por eso no puedo explicar la debacle de IU desde otra perspectiva que la comunicativa.

¿Por qué un partido al que mucha gente tiene simpatía, con un líder impecable (Llamazares) y después de una campaña creativa, atrevida e interesante ha tenido unos resultados tan desastrosos?

Ante esta pregunta, considero que el de IU es el ejemplo perfecto para explicar ese requiebro difícil de creer para los no iniciados que supone que los receptores no son los que eligen el medio que compran.

Me explico.

Insisto en que IU es un partido al que muchos votaría, ¿por qué no lo hacen? Pues porque los mecanismos de persuasión en comunicación hacen que así sea.

Hablemos de los medios para poder entenderlo mejor: la mayoría de lectores creen que ellos son los que eligen el diario que compran (por ejemplo, El Correo). Y que su supervivencia depende, únicamente, de su fidelidad y de la del resto de compañeros que deciden informarse con ese medio.

Sin embargo, no es así. Son las grandes empresas que aportan publicidad (por ejemplo, Telefónica) las que se aseguran la pervivencia del medio que defiende sus intereses. De este modo, condicionan la oferta del lector que, al mismo tiempo, se cree libre de elegir entre diarios con más medios y potencia para campañas de publicidad (o simplemente un mejor servicio como El País), y el resto (por ejemplo, Deia).

Pues algo parecido ha pasado con IU. Muchos de sus votantes creen haber elegido libremente su opción de dar su apoyo al PSOE. Pero esta vez han sido los medios los que se han asegurado de que parezca que esa elección no ha sido condicionada, al tiempo que ubicaban en el mejor de las posiciones a Zapatero.

Y si no, se puede mirar al otro lado del arco ideológico: el boicot que se ha hecho al partido de Rosa Díez ha sido flagrante porque el PP no quería perder un voto a favor de este grupo de oportunistas. Así han sacado sólo un escaño en Madrid, donde era más marcada la existencia de dos facciones dentro de los populares: la derecha de Gallardón, y la más derecha de Aguirre.

Curioso todo esto de la elección condicionada, ¿verdad?

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