jueves, 22 de marzo de 2007

Josu Jon Imaz


El presidente del Euskadi Buru Batzar del PNV cerró el ciclo sobre el estado plurinacional que ha organizado la Fundación Sabino Arana y que abrió Artur Mas y continuó Anxo Quintana.

En el aspecto formal de la intervención, resulta chocante que el discurso de Imaz fuer mucho más complicado que el de sus colegas. Josu Jon se saltó el consejo básico de trasmitir una sola idea e insistir sobre ella, y comenzó a hablar de la histórica reivindicación del estado plurinacional (especialmente interesante su recorrido de los distintos acuerdos entre vascos, catalanes y gallegos) para terminar con las palabras de Arnaldo Otegi que, un día antes, hablaba de que la violencia no era efectiva para la obtención de una Euskadi independiente (a lo que Imaz respondió con la solicitud de hacer extensiva esa opinión al resto de reivindicaciones), pasando por el tren de alta velocidad entre las capitales vascas (la mejor herramienta de cohesión territorial del futuro vasco, según el propio Imaz).

Nadie puede negar que ayer Josu Jon fue ese chico listo que piensa rápido y habla rápido (pero, ¿de qué habló exactamente?). Tanto que para llenar cualquier tiempo de exposición va a tener que tocar siempre más de un tema. Pero la base de que en el partido que preside, ningún órgano ejecutivo se presentará a las elecciones, le beneficia claramente. Pues su peso como técnico es mayor que su gancho como orador y posible receptor de votos (aunque las señoras mayores se vuelquen con él).

En conjunto, las tres intervenciones han pivotado sobre dos aspectos claves: el derecho a sentirse orgulloso de ser nacionalista. Y que estos políticos tienen, a su vez, dos funciones: reivindicar su diferencial histórico con el resto de provincias, y promover un Estado descentralizado moderno e integrado en Europa.

Más allá de que cada uno odie o ame a estos tres políticos y sus ideas, para alguien con la mente abierta, las jornadas han sido, sin duda, una oportunidad afortunada para analizar diferentes estilos de comunicación.

Por cierto, más croissant-mini (como los de Informar en justicia) y menos pasta-de-té para acompañar al café.

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