Para empezar, todo mi apoyo al político catalán que sufre una de las enfermedades más duras que se conocen: la de saber que tu mente va a entrar en un túnel del que no va a poder salir, y que tu cuerpo sólo va a ser un recuerdo de lo que fuiste. Eso es algo horrible, hay que ser muy fuerte para hacerle frente, y seguro que Maragall lo es.
No obstante, y como lo cortés no quita lo valiente (y nunca mejor traído), un día antes de esa noticia, el ex President también fue noticia. Esta vez, por hacer pública su desvinculación del PSC. Y eso ya no es tan loable.
Puede que se sienta engañado. Puede que los ideales por los que se afilió y trabajó tan duramente, ahora le parezca que están traicionados. Puede que le hayan arrinconado. Puede que se avergüence de un Secretario General que incumplió gravemente su palabra hacia el Estatut. Puede que esté de acuerdo con él en todo.
Pero lo que ha hecho está muy mal.
Por mucho que haya pasado, todo lo que Pascual Maragall es se lo ha ganado él, sin duda, pero con el apoyo insustituible del PSC. Si tus ideas cambian, o la línea de actuación de tu partido lo hace, siempre puedes romper tu carné o dejar de pagar la cuota. Pero cuando has sido un trabajador de primer nivel, estás condenado a no hacerlo.
El retiro silencioso siempre es una buena opción. Tagore lo dijo mejor que nadie: “Mantente a flote por todos los medios; pero si te es imposible, ten el valor de hundirte sin ruido”.
Además y por desgracia. Algún impresentable se atreverá a hacer el chiste de que Maragall deja el PSC porque ha perdido la cabeza. Ya sabemos que en todos los sitios hay un tonto de serie.
1 comentario:
Iker, por fin pude entrar al blog y darme cuenta que el tiempo pasa de volada y tengo que ponerme al día con tus posts.
Los echamos de menos muy mucho pero tengo la certeza de que nos vamos a ver pronto y que vamos a poder trabajar en conjunto en menos de lo que canta un gallo... o dos..
Besitos inmensos pa los dos
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