martes, 23 de septiembre de 2008

Marielo


Ella es la principal responsable de que yo esté aquí, en Chihuahua.

La conocí en 2003, en los cursos de doctorado de la UPV/EHU que han marcado mi vida (si miro atrás no puedo negar su importancia), formaba parte del grupo de jóvenes con ilusión y mucho que aprender (el otro grupo era el de los no tan jóvenes con demasiado aprendido, o eso creían ellos), y se convirtió en la mejor amiga que hice aquellos años.

Marielo es mexicana, de Guadalajara, pero vivió en Chihuahua, estudió en Monterrey y trabajó en Montreal. Como ella misma decía la otra noche, mientras cenábamos en un japonés: cada cinco o seis años cambia de escenario.

De este modo, acabó en Bilbao, donde conoció al que hoy es su marido (de hecho, yo estuve en el juzgado declarando que aquel no era un matrimonio de conveniencia) y sus méritos académicos le llevaron de regreso a Chihuahua, donde el ITESM la reclamaba para dirigir un departamento.

Reconozco que me alegré porque alguien reconociera su labor, pero al mismo tiempo sabía que era una pena no contar con ella a 20 minutos de Metro desde casa. De hecho, ella y Nikola fueron los primeros en cenar en el piso nuevo.

Desde que se marchó he tenido varias oportunidades para venir a visitarla a Chihuahua, tanto en su propia boda como en vacaciones. Pero la llamada a la que no pude negarme fue cuando pensó en mí para impartir clases de comunicación política.

De hecho, una de las cosas que más me alegran de toda esta historia es saber que no he venido por nuestra amistad. Si no que cree sinceramente en mi trabajo y en que las clases van a salir bien.

Por eso estoy aquí.

Y por eso también el agradecimiento ante esta oportunidad es, cuanto menos, doble.

Eskerrik asko, Marielo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡¡Suerte Iker!! Yo también tengo amistades en México y guardo un grato recuerdo de ellos.