Intentaré ser tan políticamente correcto como de costumbre, pero no podía dejar pasar la oportunidad de escribir sobre algunos nombres que aquí, según parece, no son tan extraños.
De este modo, me parece estupenda la supervivencia de nombres precolombinos como
Cuauhtémoc (que fuera popularizado por
el delantero de la selección mexicana),
Tonatiuh (que, por cierto, es el director de la Facultad. Lo que allí llamaríamos “Decano”) o
Tzotzil.
Hay un siguiente nivel como
Odisea o
Jazmín. Nombres que no suenan tan extraños pero que sí son inusuales en Euskadi.
Por supuesto, no podían faltar los nombres compuestos como
Rosa Ángela,
Pamela Helena o
Luis Enrique (un chico encantador), ni los diminutivos como
Turi (un
chavo divertidísimo) o
Almita.
Pero las listas de nombres de alumnos y profesores guardan sorpresas como esa chica que se llama
Capullo (como
la empresa de desafortunada denominación) o ese entrenador al que sus padres bautizaron como
Rayo.Finalmente, no pude contenerme y saqué una foto al escudo (aquí todo tiene su emblema) que hay en la entrada del ¡parque
Lerdo (tómese como un apellido)! Lo peor es que los mexicanos no
cogen (palabra prohibida acá) el chiste.
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