Ayer fueron las elecciones y hoy, como no podía ser de otra manera, tenemos los resultados, los análisis y las reflexiones.
Me apunto.
Lo primero, y por orden de importancia, recordar que hay un socialista que no lo está celebrando: Isaías Carrasco es el último asesinado por ETA, y hoy se le recordará en las concentraciones de condena que deben ser multitudinarias.
Lo segundo, que María San Gil protagonizó uno de los capítulos más vergonzosos e incomprensibles que se recuerdan en los días de atentado. Según cuenta ella misma, Patxi López (todos los lectores de este blog sabéis el poco aprecio que le tengo, pero en estos momentos merece todo mo apoyo) increpó a Rajoy en la capilla ardiente. Lo peor no es que ocurriera, porque en esos momentos de tensión hay que ser más comprensivos y tener en cuenta el contexto en el que se hacen esos comentario. No. Lo más escandaloso podría ser que a la guipuzcoana le faltó tiempo para chivarse de ello a los medios.
Pero lo peor será que, si ETA vuelve a matar a alguien y la víctima se la pueden apuntar (porque eso es lo que hacen) los populares, éstos no dudarán en devolver al PSOE el mal trago de verse increpados (valoremos dolores: un muerto frente a un comentario. Cuanto más se piensa, peor persona parece San Gil).
Volvamos a las elecciones: cuatro vencedores y muchos vencidos, pero con diferente derrota. Han ganado, por este orden, el bipartidismo (error: eso es despreciar a una parte muy importante del Estado), el PSOE (los lectores del blog acertaron en la encuesta), CiU (con dos cojones) y Rosa Díez (que con su gesto de no presentarse por Bizkaia dejó claras sus intenciones: vivir del cuento político cuatro años más. Y al resto, que les den).
Una de las hostias se la ha dado el PNV. Pero no ha sido para tanto, y eso en el PSE lo saben, por eso están siendo tan sorprendentemente cautos. El panorama para la formación de Urkullu no es tan malo como podría parecer de cara a las próximas autonómicas: con una EA casi desaparecida, una izquierda abertzale muerta (a la que Zapatero no va a resucitar con otras siglas ni para perjudicar a Ibarretxe), una IU sin presencia, un López que no es ZP y un PP que es el que nutrirá de votos al PSOE (eso anula mucho voto basculante del nacionalismo al socialismo), el panorama no es, ni mucho menos, catastrófico.
No obstante, es innegable que los resultados no han sido buenos, que esta vez la historia (nueve diputados vascos) la ha escrito el PSE y que, pese a todo, muchos jeltzales hubieran firmado tener seis diputados en las elecciones en las que Bizkaia perdía uno como circunscripción.
Porque, siendo sinceros, las grandes hostias se las han dado los más pequeños: IU (nunca hubo líder mejor que Llamazares con peores circunstancias alrededor), ERC (que han pagado muy caro su segundo apoyo al PSC, que es el que les ha sangrado los escaños), EA y la Chunta Aragonsesista.
Y es que en el PP, salvo los más fanáticos, se lo esperaban. Y hablando de problemas mentales, hablemos de los incondicionales que ayer acompañaban a Rajoy en Génova, que (1) se quejaron de que su líder fuera deportivo en la derrota y llamara a ZP, (2) la misma noche en que el PSOE obtenía una victoria incontestable gritaban “¡Zapatero dimisión!”, y (3) por si fuera poco, jalearon al gran derrotado, al hombre más soso y triste de la política estatal: “Pizaaarro, Pizaaarro....”.
Que alguien me lo explique.
lunes, 10 de marzo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Doña Elvira Fernández Balboa, Gran Señora
¿Y esa referencia a la señora esposa de Rajoy? Por cierto, creo que su moderación en las apariciones públicas apuntaba muy buenas maneras. Porque no tiene que ser nada fácil estar casada/o con un candidato/a
Publicar un comentario