miércoles, 14 de noviembre de 2007

Yogures caducados

Vaya por delante que, como habréis podido observar, los post que estoy colgando últimamente están menos pegados a la actualidad y con menos links de los que me gustaría poner. Pero es que estoy afortunadamente ocupado esta temporada, sobre todo, por cuestiones de trabajo, así que dentro de poco habrá noticias, sin duda. Hasta entonces, que ya lo siento.

Por esa razón, me he perdido comentar a tiempo varias cosas.

La primera, la increpación de Juan Carlos Borbón a Chávez, que responde a los que nos preguntábamos para qué sirve el rey. Pero que lo hace de un modo dudoso. A mi juicio, la intervención del futuro ex suegro de Marichalar es propia de una mentalidad colonizadora. Y es que estoy seguro de que no se hubiera atrevido a hacer algo así con un jefe de Gobierno europeo.

Por supuesto que Chávez no se merece un trato respetable, precisamente. Pero creo que hay otras maneras de poner en su sitio a este personaje que fue, sin duda, el dinamizador del ascenso de la izquierda en Latinoamérica, y que será el único responsable de su caída.

La segunda, el intento de atentado de ETA en Getxo y su tratamiento en los medios. La sanguinaria idea de poner un señuelo para hacer más daño es algo execrable, y el rechazo sin reparos debe ser la única respuesta posible. No obstante, creo que la cobertura informativa ha sido bastante pobre. Vamos, que si las dos bombas hubieran estado en Madrid, la cosa hubiera sido comunicativamente diferente.

Y la tercera, cómo no, la noticia de la muerte del menor madrileño a causa de un cuchillazo que, supuestamente, le asestó un soldado del ejército español con ideología de extrema derecha.

Las preguntas son tan obvias que no se pueden evitar: ¿no es un asesinato por motivos ideológicos? ¿Qué régimen le van a aplicar al acusado? ¿Por qué era legal la manifestación de un partido de extrema derecha contra la inmigración, a la que acudía el supuesto asesino? ¿Por qué son tan habituales las manifestaciones permitidas de esa ideología en Madrid? ¿Por qué se plantea la ilegalización de ANV y nadie se fija en la Falange, por ejemplo? ¿Condenan todo tipo de violencias estos partidos? ¿No hacen terrorismo estas agrupaciones, porque hay gente que vive con miedo a causa de su existencia? ¿Qué medidas –y quién va a hacerlo– se van a tomar a partir de ahora para que no se repitan este tipo de actos?

En Euskadi tenemos problemas, sí, pero en España no hay menos. Con todo, aún me queda otra cuestión: ¿habrá dado alas a estos grupos el españolismo irresponsable de Mariano Rajoy? Igual es que soy un mal pensado, pero esas manifestaciones en las que la participación de la derecha más a la derecha era demasiado importante, le hacen a uno tener sueños e ideas preocupantes.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Casi seguro Juan Carlos no hubiera reaccionado así ante una persona respetable. Ni ante Chávez incluso si este no hubiera interrumpido repetidamente al actual presidente Zapatero. Toda una falta de respeto por parte del presidente venezolano, sin contar con que previamente insultó al expresidente Aznar. Recordemos que hay formas menos respetuosas de exigir un mínimo de respeto a Zapatero.

El atentado frustrado de ETA es ciertamente execrable, estoy de acuerdo contigo. Lo de estar insatisfecho con la importancia que aparentemente se le da, es un buen signo de solidaridad con las posibles victimas. ;)

Contra los violentos de cualquier clase creo que el mejor remedio es la educación en los valores humanos y el civismo. Sobre lo del metro. ¿El asesino era soldado o ex-soldado? no recuerdo, de todas formas creo que él también acabó en el hospital. Lo de cargar las culpas a Rajoy me parece absurdo. Ni los radicales de izquierdas eran mancos, ni los radicales de derechas votan al PP. Buscar el nexo entre ese respetable señor de barbas y esos exaltables jóvenes rapados, lleva a construir silogismos como churros.

Anónimo dijo...

Yo no echo las culpas a nadie. Sólo creo (y he defendido desde el primer día) que el PP, con la intención de llenar las calles, permitió que en sus manifestaciones la extrema derecha tuviera un hueco. Y a las informaciones de esos días me remito. Con ello estaba legitimas esas ideas y su utilidad para mantener España unida.

Anónimo dijo...

¡Viva Don Juan Carlos! ¡Viva España!