lunes, 12 de noviembre de 2007

La guerra de las banderas y el Maine

Pedro J. Ramírez, al más puro estilo Hearst (el magnate de la prensa estadounidense que inspiró la maravillosa Ciudadano Kane de Orson Welles), ha decidido hacer la guerra por su cuenta, y nunca mejor dicho.

Y es que El Mundo es un periódico que no está mal... No, a ver, El Mundo es el periódico más sensacionalista del panorama de diarios en España, y no lo consideré en la muestra de medios de mi tesis doctoral por su poca fiabilidad a la hora de construir un discurso coherente en casi cualquier cosa.

Además, es un diario que va a golpes de tema, como el del cumplimiento de la ley de símbolos en los ayuntamientos vascos y navarros. Pues bien, El Mundo inauguró una serie (de la que también otros medios se están haciendo eco) en la que van publicando fotografías de ayuntamientos sin banderas.

Insisto: sin banderas.

Lo repito: sin banderas.

Por si acaso no ha quedado suficientemente claro: sin ninguna bandera.

Es decir, que las acusaciones de El Mundo y esos otros medios a rebufo (que no merece la pena ni ser mencionados), no son del todo ciertas: es verdad que en esos ayuntamientos señalados no se cumple la ley porque la bandera española no está colgada.

Pero lo que siempre se omite es que tampoco suele estar la Ikurriña de Euskadi. Es decir, la mayor parte de los ayuntamientos que deciden retirar la rojigualda no la sustituyen por la tricolor, sino que, simplemente, dejan los balcones con las astas sin trapos, como en Bilbao.

Ya sé que insisto en mis augurios negativos, pero es que me temo que se acercan malos tiempos para la comunicación de conflicto.

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