jueves, 8 de noviembre de 2007

Juan José Ibarretxe


Me podía la curiosidad. Después de acudir al Parlamento vasco el último viernes de septiembre, y presenciar la exposición de la hoja de ruta por parte del lehendakari, quería vero y oír cómo divulgaba su propuesta en otros foros.

Y me llevé la más grata de las sorpresas en el Palacio Euskalduna de Bilbao durante el acto organizado ayer por la Fundación Sabino Arana.

Ni puedo ni quiero explicar en qué consiste la road map del lehendakari. Porque eso es lo lleva a cabo él magníficamente:

Empezó haciendo lo que a me gusta: pasar del púlpito y explicar un powerpoint mirando a los asistentes, sin más soportes que las filminas y una idea en la que cree firmemente.

Ibarretxe expone el hecho diferencial vasco y el reconocimiento explícito que el Estatuto de Gernika y el pacto de Ajuria-Enea hacen de Euskal Herria y el conflicto político, respectivamente.

Después explica su metodología y, finalmente, afirma que cualquier cosa que suceda no la va a decidir él, ni el Presidente del Gobierno español, ni mucho menos ETA.

Uno, que cada vez es más escéptico, ayer salió pensando que aún hay gente que puede sorprendernos gratamente. Incluso alguien al que han pintado como el ser más horrible de la tierra.

Joseba García, su jefe de prensa, durante la entrevista que le hice para mi tesis, me contó que en 2003, cuando presentó su Plan Ibarretxe, hubo que demostrar que el lehendakari no desayunaba niños. Ahora no lo tienen más fácil, pero la fe que Ibarretxe demuestra en su idea, le facilitará las cosas.

Acusarle de megalomanía puede ser lo más sencillo, pero creo que alguien del que tanto se dice merece una oportunidad de hablar. Y si lo hace como ayer, convencerá a unos cuantos.

Si antes me decían que era un poco partidista, a partir de hoy me acusarán de algo peor. Sabéis que no estoy de acuerdo y, al que no le guste, que no lea.

(una imagen del lehendakari durante la intervención de ayer)

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