martes, 2 de octubre de 2007

El gran viernes


El pasado viernes me acerqué al Parlamento vasco para escuchar de viva voz la hoja de ruta del lehendakari Ibarretxe. Y he de reconocer que, al principio, me costó reaccionar a su anuncio pues, siguiendo las indicaciones de mi buen amigo Igor Filibi de que la reflexión en política bien puede esperar unas horas, teniendo en cuenta que siempre se manejan tiempos de meses o años, decidí tomarme un tiempo.

Lo que es innegable y, sobre todo, atañe a la línea de este blog (cuando la tenía), es que aquel fue un desfile de modelos de intervención.

A saber, el lehendakari se permitió hablar todo el tiempo que quiso, pero es que tenía mucho que decir. Y ganó en su segundo turno de intervención, cuando la espontaneidad y la indignación ante las acusaciones de la San Gil (su espectáculo fue realmente bochornoso) ganaron terreno a los folios mecanografiados.

Respecto a Patxi López, desempeñó muy bien su papel de responsable de una oposición constructiva, pero se puso nervioso cuando vio que Ibarretxe le golpeaba sin atender a su mano tendida. Pues no hay que olvidar que la estrategia del PSE esta última temporada es la de avanzar sin hacer ruido. Y como lo está consiguiendo, el lehendakari respondió con un ojo puesto en las elecciones.

Rápidamente, Matute decepcionó porque no dijo nada y Erauskin provocó alguna sonrisa ante las perogrulladas que nos regaló. Eso sí, en euskera. Y Egibar demostró tener más muescas en la culata que todos los demás portavoces juntos y una facilidad asombrosa para cambiar de registro idiomático cuando se dirigía a Aintzane Ezenarro, Nekane Erauskin, o San Gil y López, que por cierto, usan traductor de euskera a castellano.

(la foto es mía, siguiendo mi nueva costumbre, y es de la intervención de la mañana del lehendakari)

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