En esta tierra tan extraña, que unos llaman país y otros “Vascongadas”, hay un tipo de centro de enseñanza que se conoce como ikastola, y en la que la lengua principal es el euskera. Y en Navarra, a la que unos consideran la parte más profunda de Euskal Herria, y otros la esencia del españolismo, también hay de esas.
Ya sea en la comunidad autónoma o en la foral, esas ikastolas tienen su día fiesta, como el pasado domingo lo fue en Viana la de los navarros. Se llama Nafarroa Oinez (“Navarra a pie”) y sirve para recaudar fondos con los que mejorar las instalaciones de uno de esos centros. Una jornada que fue completa porque, para variar, asistió un representante del Gobierno de Miguel Sanz.
El mismo al que ahora, esos alumnos aventajados de Goebbels, acusan hasta de “provasco” desde sus micrófonos.
Cualquiera con un poco de sentido común sabe que el más español de los navarros no se ha cambiado de chaqueta, y que en las próximas elecciones generales no votará a Llamazares, precisamente. Pero su consejero de Educación, Carlos Pérez Nievas (de CDN, y no de UPN) sí que ha demostrado sensibilidad y responsabilidad, y ayer se acercó a Viana a dar su apoyo a una muestra cultural como es el Nafarroa Oinez.
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