martes, 4 de septiembre de 2007

Aste Nagusia 2007


Aunque parezca imposible, yo soy un “novato” en esto de las fiestas de Bilbao. Para ser más exacto, creo que ésta ha sido mi cuarta “semana grande” (anda, que bilbaínos teníais que ser...). Y es que hasta entonces, pasaba los veranos, precisamente, en Benicàssim.

La cosa es que, portugalujo como soy (y, por lo tanto, orgulloso de mi “nacionalidad” por herencia genética), creo que ya sé de qué va la Aste Nagusia, sobre todo después de este año que han estado especialmente pasada por agua.

Es un auténtico ejercicio de bilbainismo que se prepara con cuidado y se lleva a cabo con dedicación, sosiego e incluso la técnica depurada del que sabe administrar su energía para poder “ver los fuegos artificiales y tomar algo” durante nueve días.

Por que un bilbaíno no sale a morir todas las noches, no. Estudia el programa y escoge los eventos a los que va a acudir motivado por un sinfín de circunstancias: tradición, costumbre, por la cuadrilla, ganas de cocerse, porque no se puede evitar... Y aunque a veces cueste entenderlo (para mí la gran fiesta se concentra en un día, el uno de julio), no por ello deja de ser admirable.

Mi Aste Nagusia pasa siempre por las txosnas (podría intentar definirlas pero, después de ver cómo cada “forastero” las compara con una cosa diferente, prefiero invitar a que las veáis si no las conocéis) de Mekauen y Algara, continua intentando pasar una mañana viendo los herri kirolak (deporte rural y tradicional vasco) y el concierto de la banda, y finaliza quedando con algunos incondicionales de las fiestas como Patrik, Elena o Txabi (ha fallado Fernando), y otra noche con mi cuadrilla (algún día escribiré un post sobre esa institución). No obstante, este año he incluido un par de elementos a mi lista: comer con una familia bilbaína (una en concreto, sí), y ¡¡¡pasear por la feria!!! Todo ello acompañado de una bilbaína (también una en concreto), claro.

Una última cosa: una noche confundí “bilbainismo” con “omblliguismo”, aunque pueda parecer lo contrario, hay sutiles diferencias. Y he de disculparme. Vamos, lo que sea con tal de regresar el año que viene.

(no pude evitarlo y acabé por fotografiar a Mari Jaia pensando en este post. Para los que tengáis la suerte de no conocer a este personaje tan horrible como entrañable resulta su nombre, la señora de las fiestas viene a ser una especie de símbolo laico del que cualquier representación mejora al original)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues esa vuelta suena fenomenal!! Así el retorno a la rutina no es tan traumático.
A quienes esto lean les deseo una feliz vuelta a la 'normalidad', y a seguir soñando con las próximas vacaciones. Pero ojo!! En este caso no habrá que poner el bañador en la maleta, sino el abrigo!
Un abrazo a todos os ikernaturas;)
Cris

marielo dijo...

claro! jejeje que bueno tenerte de vuelta Iker. Yo me pongo de acuerdo con Estefanía para deleitarnos de una buena cena, charla y compañía