lunes, 25 de febrero de 2008

Tres, dos, uno...

Ya ha comenzado la campaña. Desde la noche del jueves al viernes, con la pegada de carteles, esta huida hacia delante se resolverá, sí o sí, el próximo 9 de marzo.

En medio, durante estas dos semanas, mucha violencia verbal, miles de actos con escenarios desmontables, sondeos, especulaciones y, para variar, dos debates televisivos entre los candidatos con más opciones a la presidencia del Gobierno.

A este respecto, un par de apuntes. Por un lado, que el PP ha escrito una mala carta de presentación al empeñarse en que el PSOE no ganara de ninguna de las maneras la batalla de los canales. El hecho de que se emita en abierto (con mayor cobertura por parte de las cadenas afines al PSOE) parece la consecuencia de una cómoda negativa de Pepe Blanco y una falsa sensación de victoria de los de Rajoy.

Por el otro, es bastante curioso que el PP sólo se aventure en este tipo de caminos peligrosos (la tensión que generará este debate a los gabinetes va a restar años de vida a sus participantes, sin duda) desde la oposición. Aún estoy pensando por qué puede ser esto, pero resulta destacable.

Y para terminar, me arriesgo a vaticinar que, en contra de lo que piensa la mayoría, el vencedor del debate de esta noche va a ser Mariano Rajoy. Por el simple motivo de que está por detrás y esto le va a empujar a ir a por todas, y porque tiene mucho margen de mejora. Mientras que Zapatero ha creado tan buenas expectativas que necesita una actuación perfecta para que reconozcamos que ha hecho un buen debate.

Siguiendo con los vaticinios, otro un poco más sencillo: parece claro que el PSOE ganará las elecciones (siempre que movilice a todos los que dicen que le votarían), y que la imagen de el gallego se disolverá en la siguiente legislatura a favor del sector más tecnócrata del PP.

Sin duda, la bipolarización de la campaña será lo más duro para todos los receptores de mensajes. Esto puede provocar una reacción contraria a la esperada, y favorecer a quien pretende perjudicar. De este modo, el resto de partidos (empezando por IU) pueden recibir los votos de la marea de aburridos que va a generar esta campaña tan dura (nuevamente, si movilizan a esos electores).

En este sentido, en Euskadi, Patxi López limitará su presencia para minimizar las posibilidades de meter la pata, y seguro que le veremos el nueve de marzo para decir, por enésima vez, que ha ganado. Personalmente, creo que se puede llevar una desagradable sorpresa si, al final, el PNV recupera el terreno que Zapatero suele ganar para el socialismo vasco.

Finalmente, entre tanto aburrimiento fácilmente previsible, ha surgido en La Sexta un gran progama, el del follonero de Buenafuente. Altamente recomendable.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Merodio......¿Ama y entiende a Galicia?