viernes, 25 de enero de 2008

Leyes inútiles

Llevo meses insistiendo en que la política de José Luis Rodríguez Zapatero se basa en la promulgación de leyes que son como islas perdidas, sin compactar, sin una masa en forma de sentido común que sirva de unión.

De este modo, la legalización del matrimonio gay no ha ido acompañado de otras normas abiertamente progresistas. Y la celebradísima retirada de tropas del inicio de la legislatura se ha quedado en un fuego de artificio a falta de una política antibelicista clara.

Vamos, que parece que se ha dedicado a legislar mirando todo el tiempo al marcador, en este caso, a los sondeos. Por ejemplo, la ley de ayudas al alquiler.

El Estado se va a gastar una pasta enorme en una ley que no va a llevar beneficio a casi nadie, pues los que están recogiendo los famosos 200 € son los propietarios. O lo que es lo mismo: los caseros.

Esta ley va a costar muchísimo dinero al Gobierno. Fondos que no van a ir a investigación, infraestructuras o VPO, mismamente. E insisto, sin obtener, ni de lejos, el beneficio esperado al joven veinteañero.

Me cuentan que los alquileres ya han pegado la subida preceptiva, no de 200 € exactamente, pero sí lo suficiente para que la ayuda vaya partida. Vamos, hablando en plata: debe de ser casi imposible encontrar algo digno (sinvergüenzas sin higiene siempre los ha habido) en Bilbao por menos de 800 €. No quiero ni saber cómo están las cosas en Donostia.

Gracias Madrazo. Y sí, digo Madrazo porque él, que había caído en la facilísima trampa que iban a hacer los propietarios, en vez de moderar el tope de 700 € al mes de alquiler (algo irrisorio en las ciudades vascas), se lo carga y no pone límite.

Igual ahora resulta que tener una hipoteca es todo un privielgio.

Sólo hay algo peor que no tener vista, como la Ministra (que me rima): tenerla y no querer hacerla caso.

De cualquier manera, que todo el mundo lo tenga claro: todos los que cotizamos estamos gastando una pasta en hacer más ricos a los propietarios de los pisos. Lo único bueno es que ahora aflorará la economía sumergida y, con el mismo coste proporcional para el inquilino, podrá oficializar su situación en la casa.

Gracias Zapatero. ¿Cómo era aquello? No en mi nombre.

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