La Real Sociedad lleva un par de semanas con nuevo presidente: el único candidato.
Iñaki Badiola no tuvo rival, y lo mejor de su campaña se basó, precisamente, en eso.
Durante toda la fase previa a las elecciones se especuló demasiado sobre los rivales que Badiola iba a tener. Al final: nada. Pero el tío, en vez de relajarse, apretó los dientes y se dedicó a pasarse por todas las peñas y los nichos de votantes interesantes con el objetivo de convencer, además de vencer, algo que ya estaba claro.
Y eso es lo que le ha permitido recibir el importante apoyo con el que cuenta.
El nuevo Presidente de la Real (que debe destapar el resto de fichajes ya), además, ha tenido en contra y en frente a El Diario Vasco, que después de una reunión con Badiola, decidió declararle le guerra, dedicándole incluso editoriales.
De todos es sabido que Vocento no me parece un grupo admirable, precisamente, así que la derrota de su bastión guipuzcoano me resulta reconfortante e incluso justo, me atrevería a decir.
Iñaki tiene una característica un tanto peligrosa: la de intentar agradar pase lo que pase. Tal vez por este motivo les envió un abrazo que parecía tan sincero como decía, a los gestores de El Diario Vasco.
Una cosa es caer de pie, que eso es todo un arte. Y otra intentarlo de ese modo tan dulzón que casi siempre empalaga.
(una fotografía de mi última escapada a Donostia)
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