El PP pidió en el Congreso de los Diputados que el Gobierno no negociará otra vez con ETA y que se ilegalizaran a ANV y a EHAK. Y el resto de partidos le dijeron que no, y que dejara de dar la lata, que ya son cuatro las veces que lo ha reclamado.
La cosa es que, mágicamente, ninguna de las dos partes ha perdido con esto.
El PSOE proyecta la imagen de haber llevado a cabo una política que es la que querían la sociedad, representada por ellos y los demás grupos (a los que quiere minorizar).
Los partidos con menos representación proyectan la imagen de eficacia, inteligencia, dinamismo frente a inmovilismo y buenas intenciones.
Y el PP proyecta la imagen de que el que quiera algo diferente, ya sabe a quién tiene que votar.
Lo peor de todo, a mi juicio, vuelven a ser algunas de las frases que se pudieron oir y las ideas que estas sugieren.
Vamos, que si gana el PP no se va a dar, nunca y en ningún caso, una salida dialogada de la violencia. Que la negociación no es un instrumento válido para resolver un conflicto. Y que hay quienes no quieren acabar con ETA.
Las dos primeras frases son atrocidades. La tercera da algo más de juego pues, técnicamente, la negociación y el diálogo pretende, en una primera fase, detener la violencia. Y atendiendo a los discursos durante el alto el fuego permanente, este cese definitivo de las armas y las amenazas, debe llevar implícito una disolución de ETA.
1 comentario:
La verdad es que yo tengo una tendencia natural a ponerme de parte de las minorías, aunque, en este caso, voy a hacer una excepción.
Creo, sin entrar en mayores embrollos políticos, que el PP se ha ganado a pulso estar donde está. Y ahí está bien.
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