lunes, 19 de noviembre de 2007

Programas

No recuerdo muy bien dónde ni a quién, leí u oí unas declaraciones en las que afirmaba que la precampaña electoral permanente era consecuencia de la política actual. Por si no me he explicado: hace poco me enteré de que hay una tesis que defiende que el aburrimiento es el nuevo modo de la política.

Pero eso no es verdad: la actual batalla entre partidos del Estado es consecuencia, únicamente, del mal perder del PP, que no ha intentado por todos los medios que el PSOE no gobierne.

Vaya mierda de oposición.

De todos modos, ahora sí que estamos en la tradicional precampaña oficiosa, pues ambos partidos han presentado algunas líneas de sus programas, en IU acaban de elegir a Gaspar Llamazares como candidato a las generales, el PNV está a punto de nombrar a Iñigo Urkullu presidente de consenso, y dentro de poco le toca a EA decidir su futuro.

Para empezar, mis felicitaciones a los elegidos en sus respectivas “primarias” (salvando todas las distancias. Por cierto, tenemos que hablar de las de los demócratas). Para seguir, mi curiosa satisfacción al enterarme de la idea del PSOE, que pretende contar con grandes pensadores mundiales para su campaña y el posterior gobierno. Y para terminar, la poca sorpresa que nos ha dado Mariano Rajoy (al que ya dediqué un artículo en Deia, ¡qué tiempos los que salen reflejados en él!).

Este gallego ha presentado las líneas maestras de su partido durante la campaña: más España para todos, y el que no la quiera, que se joda.

Insisto (y me mojo) en que estos modos de política tan agresiva no dan buenos resultados. Y prueba de ello es que las encuestas dicen que empieza a perder terreno con respecto a Zapatero. También insisto en que no le vale con ganar, porque el PP se ha peleado con toda la España política y, salvo CiU (siempre tan pragmáticos), parece que nadie está dispuesto a apoyar su envestidura. Es decir, que tiene que sacar una mayoría muy holgada para poder gobernar. Y parece que todo va a quedar bastante justito.

De todos modos, lo más importante es que en medio de un debate sobre el peligro de la extrema derecha, Rajoy sólo habló de España, el idioma español por encima de los cooficiales en algunas autonomías, y una resolución por la que pretende que el Parlamento niegue cualquier negociación con ETA para siempre.

A mí, argumentos como los descritos, desde luego que me llaman a votar.

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