Si no tienes curiosidad por nada.
Si dices “colega” cada dos palabras.
Si no sabes qué se siente al terminar una buena novela.
Si eres capaz de distinguir todos los modelos de Nokia pero no tienes muy claro qué diferencias ideológicas hay entre el PP y el PSOE.
Si usas gafas de sol dentro de casa y cocinas sin camiseta.
Si te para ir a las txosnas te preparas como si fueras a ir a una discoteca y te pides un katxi de vodka con naranja (por cierto, se dice “destornillador”).
Si respondes al 90% de las preguntas con un “no sé” seguido de una bobalicona carcajada.
Si el gimnasio es el lugar en el que más tiempo pasas fuera de tu casa.
Si tienes más de 25 años y tratas a tus padres como si fueras un/a adolescente.
Si Mercedes Milá es tu personaje favorito de la televisión y no sabes que su hermano presenta el Telediario.
Si no acabaste tus estudios (ninguno de los que empezaste).
Si tus aptitudes sólo te permitieron alistarte en la legión.
Si tu tatuaje te parece la “novena” maravilla del mundo y tu “séptimo” sentido te dice que este post pretende meterse contigo.
Si después de leer esto te sientes fatigado/a por la falta de costumbre, y empiezas a preocuparte porque ves que no tienes futuro.
En definitiva, si eres gilipollas.
Tranquilo/a.
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