Rodríguez Zapatero volvió a dejarse ver para tranquilizar a la población y, de paso, arañar algún voto, o intentarlo ayer.
La cosa es que, el señor de las leyes (también llamado presidente del Gobierno español) ha lanzado una más. Esta vez, sobre vivienda. La parte más vociferada e impactante de la ley de esta semana es el hecho de que el Estado ayudará con casi 300 € a los jóvenes (dícese de gente entre 22 y 30 años según el anuncio) que cobren menos de 22.000 € anuales.
Vamos que nos vamos.
Para empezar, la ley no tendrá efecto ni en Euskadi ni en Navarra, por eso de las trasferencias. Y alguno pensará que, para una que está transferida, va y es la que nos deja sin pasta.
Vamos, que no nos vamos.
Siempre he defendido que el Gobierno vasco está haciendo un gran esfuerzo pero poco imaginativo para subsanar el problema de la vivienda. Y mi mayor crítica era que, precisamente, intentaban arreglar el problema con lo que lo agravaba: con dinero. Gasolina para el fuego.
De pronto, Iñigo Lamarca, excelente ararteko (de esos que dignifican el puesto) puso en su sitio a Madrazo y su consejería y rompió una lanza en favor del alquiler público y, sobre todo, tutelado para jóvenes.
Claro que ahora todo resulta muy obvio: el Gobierno cede casas a bajo precio o potencia el alquiler de las vacías (y media en la operación) hasta que el inquilino supera unos ingresos con los que es capaz de adquirir una vivienda en el mercado libre, dejando una vivienda de la que se puede beneficiar otra persona/pareja/familia.
Y ahora viene Zapatero y dice que va a soltar pasta al posible inquilino para operaciones privadas. ¿Qué va a hacer el propietario de la vivienda si las posibilidades del primero suben 300 €? Pues incrementar la misma cantidad a su oferta.
En definitiva, que el Estado se va a gastar una pasta para que el mercado absorba la medida como si nada.
Pensando mal, se puede deducir el siguiente silogismo: que el Estado se va a gastar una pasta en una medida populista y sin efecto claro. Es decir, que el Estado se va a gastar una pasta en pagar al PSOE una parte de su campaña.
Y nos quejábamos de los anuncios promocionales de los ministros del PP antes de las elecciones...
(la fotografía corresponde a los apartamentos más horribles del mundo fuera de Marina d’Or, y se encuentran en Benicàssim)
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