La verdad es que siempre me han gustado los juguetes tecnológicos pero, desde hace un tiempo, esto empieza a ser demasiado explícito.
Todo empezó con una agenda electrónica que mi padre no usaba y que, en mi inocente adolescencia de colegio de curas, fue toda una revelación de lo interesantes que podían ser los trastos electrónicos. Luego vino el móvil, el ordenador portátil, fondos de pantalla manga, Matrix, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (no todo iban a ser fuegos de artificio sobre un croma verde), una cámara digital, un ratón inalámbrico y una PDA de la que casi nunca me separo.
Entre tanto, Alberto montó Coolpable, le ofrecí mi colaboración y empecé a sacar fotos habitualmente.
Luego empecé a curiosear en los blogs. He de reconocer que al principio no me convencían (salvo Orsai, que siempre ha sido mi favorito: gracias, Javi), pero Microsiervos (donde descubrí que me estaba convirtiendo en un auténtico geek), ...hmmm... (yo tampoco sé qué pasó con Javi Moya) y Kirai (sobre todo éste último) dieron un giro a mi vida. Al mismo tiempo que en mí crecía pacientemente la idea de este blog, comprobé que gente a la que estimaba (Eneritz, Mairelo, Emilio, Koldo, etc.) ya tenían su espacio en internet.
Y finalmente, he creado mi flickr. Como podréis comprobar, está prácticamente vacío, como un piso recién comprado (el mío), y os aseguro que es más complejo que un blog, pero tiene pinta de que la satisfacción también será mayor. Sólo espero dedicarle el tiempo justo pero, si existe la vigorexia, no me extrañaría que antes o después pusieran nombre a esto que me pasa (aún uso PC y no tengo iPod, no me mandeis al psicólogo todavía).
miércoles, 27 de junio de 2007
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