El lehendakari anda bastante fino pese a que intentan hundir su barco desde babor y estribor.
Mientras el PSE intenta arrebatarle los apoyos tentando a EA y EB (que, por otro lado, se dejan tentar) después de las elecciones municipales y forales y de cara a las autonómicas, Ibarretxe ratifica su confianza en el tripartito. Con esta muestra de confianza traslada el peso de la decisión a sus socios, que si empiezan a flirtear con otros, agujerean peligrosamente la red de sus propios votantes.
Por otro lado, lo que hace el PSOE es legítimo, pero no muy limpio: no intenta ganar al PNV haciendo una estrategia de oposición, sino que se deja llevar por la marea de la política y, de vez en cuando y como quien no quiere, da una palada para remar hacia su orilla.
Y vaya post más marinero me ha salido, será que se acerca el uno de julio.
jueves, 28 de junio de 2007
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