El café es un poco corto y los he tomado mejores, pero el zumo tiene pulpa, nunca falta agua mineral y la bollería es increíble. Sobre todo una especie de napolitana con mermelada verde que nadie sabe qué es exactamente.
A todo esto, antes y después del desayuno (incluso después de comer, pero por nuestra cuenta) nos hicieron creer que estábamos en una jornada sobre el papel de los medios en la construcción de Europa. Pero de eso nada.
Mal empezó con el peor discurso del lehendakari en bastante tiempo. Habló de Europa, sí, pero como se le habla a unos jubilados, no a gente que se supone que sabíamos de qué iba todo eso. El asesor sobre economía Jeremy Rifkin, el profesor de la universidad de Zaragoza Daniel Innenarity, los directores de comunicación de la Comisión Europea y del Parlamento Europeo, Claus Sorensen y Jaume Duch (respectivamente), y el sondeo sobre la percepción de la UE en Euskadi (con datos realmente desalentadores) que presentó Iñaki Martínez de Luna fueron lo único salvable.
Del resto, poco que comentar. El mensaje de todos vino a ser el mismo: Europa es algo que mola (y muy elitista, pero sobre eso mejor no insistir demasiado) y hay que hacérselo saber a todo el mundo, para eso están los medios.
En fin...
viernes, 1 de junio de 2007
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