miércoles, 14 de febrero de 2007

Oleguer Presas


Sólo un tipo como este defensa (bastante bueno, por cierto) del F. C. Barcelona podía abrir el debate sobre si los futbolistas deben opinar de algo más que de fútbol.

De todos modos, que un jugador se posicione políticamente no es nada nuevo: parece claro que lo que llevó a Paolo di Canio a fichar por el Lazio después de los 35, hace un par de años, fue más su coincidencia ideológica con una afición muy a la derecha que lo que podía aportar en el campo (que tampoco estuvo mal).

Pero Oleguer es de izquierdas, muy de izquierdas. Y nunca ha escondido su querencia a la lengua catalana, en la que se expresa normalmente y ha escrito el artículo en cuestión. No obstante, ni eso, ni su rajada contra un sistema judicial que parece no ser tan ciego como la tradición representa, es lo importante.

¿Deben opinar los futbolistas? O mejor: ¿también los futbolistas? La mayoría de ellos son jóvenes millonarios que saben mejor lo que vale un coche que el precio de un piso. Algunos, personajes públicos, salen de los circuitos informativos sobre deporte para entrar en las páginas de las revistas del corazón. Entonces, ¿por qué otros no pueden hacer como Oleguer (o di Canio) y hablar de cuestiones sociales y/o políticas?

Ir a por quien se sale de la norma siempre le ha salido mejor a la prensa de derechas (la empresa Kelme ya le ha retirado su patrocinio). Pero para alguien que tiene que pelear su puesto con Puyol, Márquez o Thuram, esos contertulios que van de Rooney y no pasan de Salva, no serán un problema.

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