Porque poco tienen que ver las fotos de charla confiada entre el lehendakari y el candidato permanente del PSE en el banquillo de los acusados, con la picada de Patxi López el sábado: mientras el EAJ-PNV presentaba su nueva web, el portugalujo desató su mala leche criticando la opción de Casas al tiempo que daba la argumentos con los que solicitaba ser declarado inocente.
Vamos, que se picó como un niño en el recreo.
Los motivos están claros: su petición de suspensión se unió a la de Batasuna, su decisión de "esquivar" a Otegi saltó a los medios, la rabia contenida de que ex amigos del Foro Ermua le hayan llevado al banquillo le sobrepasó y, sobre todo, la opción más acertada del juicio no se le había ocurrido a él, sino al equipo del lehendakari.
Haber estudiado.
Y es que no se ha dado cuenta aún Patxi López de que él nunca ha estado en Ajuria Enea (y cada vez parece más claro que no lo va a estar a partir del 1 de marzo).
Pero es que hay más: finalmente, ayer, el juicio se suspende como pedían el PSE, Goirizelaia y el fiscal del Estado. Podían darse por ganadores, pero saben que no lo son: los demandandes anunciaron, a renglón seguido, que recurrirían, como había previsto Ibarretxe y por lo que, precisamente, solicitaba una sentencia firme de inocencia.
Y ante la imposibilidad de quitar la razón al lehendakari, a su abogado y al PNV, Patxi López, por eso de la obligación de decir algo, pidió a la derecha española que dejara de enredar, como si no hubiera socialistas en las asociaciones demandandes.
Pero Basagoiti le mandó ayer mismo otro regalo envenenado: mientras el socialista salía de un juicio promovido, sobre todo, desde el PP, el presidente de los populares vascos ponía precio a su entrada en el Gobierno vasco (otro que se lo cree): tres consejerías.
Toma ya.
Hay que ver lo que son las cosas cuando se miran con perspectiva, ¿verdad?
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