TEC Ch Mun

Estoy emocionado. Más bien, sigo emocionado.

Las aparentemente indescifrables siglas del título tienen un significado: se trata del modelo de Naciones Unidas que se celebra en el TEC de Monterrey en Chihuahua hoy y mañana. Una especie de simulacro en el que los alumnos "juegan" a ser delegaciones y aprenden a negociar.

Esta mañana (por la tarde en Euskadi) ha sido la inauguración y, aquí, el que os aburre (no haber empezado a leer) ha sido el encargado de dar la conferencia inaugural.

Todo un honor, sin duda.

Durante la hora de conferencia he intentado incidir en la diversidad como patrimonio y riqueza que debemos conservar, Y he insistido en que las delegaciones a las que representarán son diversas dentro de sí mismas, y que han de negociar con el resto pensando que están tomando el rol de un territorio rico y variado, tanto como el del compañero.

Un mensaje bonista y constructivo, siempre desde el respeto: no podía ser de otra manera teniendo en cuenta el foro y el determinismo ético que uno se empeña en practicar.

Al finalizar, después de los preceptivos aplausos (pese a que les haya aburrido implacablemente, lo han hecho, como es lógico), han tenido el detalle de entregarme una preciosa cesta tarahumara llena de productos típicos de la zona: sotol (tequila chihuahuense, aseguran que es delicioso), carne seca, carne molida, cajeta (una especie de dulce de leche), dulces, jalea y varias salsas que aseguran que no pican (esto NO debes creérselo nunca a un mexicano, lo sé por experiencia).

Y me he emocionado, no he podido evitarlo, pero dí controlarlo. Para mí era un honor que me pidieran algo así y que estuvieran interesados en lo que podía contarles un gachupín ("español" pero con connotaciones negativas). Ni mucho menos me esperaba algo parecido de una tierra y una gente que están tratándome tan bien.

Espero regresar, pero uno nunca sabe si podrá materializarse, pero siempre llevaré el recuerdo de Chihuahua. Me temo que, por suerte, no podré evitarlo.