Con un golpe de viento, a Ibarretxe se le alinearon los planetas.
Si ayer comentaba que el PSOE le estaba ganando la partida, parece que hoy empiezan a igualarse las fuerzas. Para empezar, Fernández de la Vega (me encanta su apellido porque es tan español como lejano parece al mismo tiempo) y Patxi López se apresuraron a decir que la reunión del día 20 entre el lehendakari y el presidente español no iba a servir para nada.
Con eso desviaban la atención de lo mal que le había salido la jugada a un Zapatero que pareció claudicar ante la insistencia paciente de Ibarretxe.
Por si fuera poco, la Uníón Europea hizo un primer pronunciamiento a favor del sistema fiscal vasco, demostrando la cordura que se le supone a este organismo. Y eso le sirvió al lehendakari para ir fuerte a la entrevista que le hicieron varios periodistas en ETB y Radio Euskadi simultáneamente.
En ella, Juanjo se atuvo a un discurso sencillo pero que, a tenor de lo que dice la prensa de hoy, funcionó: el presidente del Gobierno español no puede negar a las instituciones vascas lo que hubiera firmado con Batasuna.
¿Y punto? No: coma. Porque acompañó el tema de la consulta fue únicamente acompañado por otro: el anuncio de igualar las pensiones y las rentas más bajas al salario mínimo. De este modo, relacionó un anuncio positivo con la traída y llevada hoja de ruta.
No obstante, una vez hecho lo dicho, insisto en dar relevancia al carácter único del momento. Al hecho de que estas generaciones que convivimos en Euskadi podemos ser testigos y partícipes del surgimiento de un nuevo Estado que ha aprendido de los errores del pasado.
Mientras siga defendiéndose con el carácter posibilista de la consulta, entrando en el juego únicamente normativo que le ofrece el PSOE, el partido de Pepe Blanco seguirá por delante. Aunque la distancia se haya reducido un montón.
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