El pasado sábado José Morurinho (Setúbal, 1963) ganó su segunda Cup inglesa, el torneo de fútbol más antiguo del mundo (y el más mitificado). Y lo hizo con el Chelsea, equipo en el que, después de dirigir al Oporto (y ganar la UEFA y la Champions League con este club portugués), se ha hecho un experto en generar y manipular los conflictos.
Lo de resolverlos o zanjarlos ya es otra cosa, que el controvertido entrenador aún no ha llegado a leerse nada de Galtung. La cosa es que este tipo a mi me cae genial, porque sabe trabajar los equipos hasta hacerlos bloques casi invencibles (lleva seis títulos en tres años con el equipo de los pijos de Londres), exprimir al máximo las cualidades de los jugadores, coaccionar a árbitros (las polémicas al respecto en competiciones europeas son más que célebres) y estamentos superiores, incluyendo al propietario del Chelsea, el ucraniano Roman Abramovich. Y todo con esa pinta de pasota sin afeitar, con el botón del cuello de la camisa desabrochado bajo la corbata y, sobre todo, midiendo cada palabra que dice (en un perfecto inglés, como el castellano que también habla) porque controla los discursos mejor que nadie en el universo furgolero.
Además, Moruinho ejerce perfectamente la función de paraguas cuando las cosas van mal y sabe exigir su parte de responsabilidad en los éxitos. Es un tipo duro, un mercenario que es mejor tener en tu bando y uno de los mejores entrenadores del mundo. Tanto como controvertido resulta a todos los aficionados... menos a los del Chelsea.
2 comentarios:
En realidad es la primera FA Cup que Mourinho gana, aunque eso no quita para que sea junto con Benitez ahora mismo el técnico más aventajado de todo el fútbol profesional.
Cierto. Pero me falta una (los dedos sólo me llegan a cinco): 2 ligas, 2 copas, 1 Cup, ¿y? Échame una mano, Mister y, ya de paso, déjame tu blog-e-mail para que sepa cómo te va y podamos hacer esa mítica (casi tanto como la FA Cup) apuesta de quién va a ser el jugador revelación de la próxima temporada, ¿no?.
¡Un abrazo!
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