Para responder a las acusaciones (la mayoría sin muchos argumentos) del PP, ayer el Congreso de los Diputados tuvo que volver a mostrar su apoyo a la política antiterrorista del Gobierno.
Hay que ver lo que hacen algunos para desviar la atención, porque la supermanifestación del sábado 10 de marzo y las comparecencias de ayer están alrededor de la fecha del tercer aniversario del 11-M, el brutal atentado que reivindicó Al Qaeda y que justificó como respuesta a la intervención del Gobierno de José María Aznar en la guerra de Irak.
Siempre he mantenido que, más allá de lo lejos o cerca que se esté de su ideario, el gabinete del PP tiene una capacidad probada para lanzar campañas y, sobre todo, generar ruido. Eso sí, una vez más, el control de los tiempos a medio o largo plazo sigue siendo su asignatura pendiente, pues las próximas son “sólo” elecciones municipales, no las generales de las que tantas ganas tiene Mariano Rajoy.
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