Reconozco que, cuando me pongo delante del teclado para escribir los textos que publico en Deia, siempre pienso que mis artículos en el periódico son como los post en este blog: que no los lee nadie.
Pero sé que tan sólo es un mecanismo de defensa.
Por eso, podréis comprender que lo que más me sorprenda no es descubrir que hay gente que lea mis artículos en Deia, sino que hay quien los comenta e incluso recomienda.
He de reconocer que el lugar más curioso donde me he encontrado un texto era un foro carlista (cuyo enlace no soy capaz de encontrar ahora), en este caso mi artículo de Mariano Rajoy (Pobre Mariano) antes de que se dedicara a encabezar manifestaciones.
Hasta que descubrí mi artículo Carbón para todos en una especie de buscador turco.
Por otro lado, Busco piso apareció en un foro sobre la vivienda, y desde aquí reconozco (una vez más) que lo de “casarse por el banco” fue un préstamo de la que todos os imagináis.
Finalmente, el comentario sobre mis artículos que, sin duda, más ilusión me hizo, fue uno que no puedo enlazar porque ha desaparecido de la web y que era una reseña en euskera (¡hasta tradujeron un párrafo!) de Durango de papel, y que se publicó en la versión digital de la revista Argia, dando hueco a alguien que ponía en duda la calidad de todas las novedades editoriales vascas.
Y sí, soy tan freaky como para buscarme en el Google.
lunes, 26 de marzo de 2007
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