Todo indica a que el silencio del Secretario General del PSE tras el 30 de diciembre ha sido ordenado desde Madrid. El posible motivo puede ser la reunión del hombre de la chaqueta de pana con representantes de Batasuna.
Pero no creo que sea la protección contra el entorno lo que haya motivado la orden de silencio. Más bien habrá sido la necesidad de protegerlo contra sí mismo.
Además, la aceptación de semejante orden deja traslucir la sumisión de alguien que mira a Madrid como siguiente paso en su carrera. Muy lícito, sí, pero eso siempre ha sido castigado por los votantes vascos.
Su aparato de comunicación sigue restando.
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