“Largo, duro y difícil” será la frase para la posteridad que habría dejado José Luis Rodríguez Zapatero si el proceso hubiera acabado satisfactoriamente. Lo que son las cosas, la de su principal opositor va a ser: “Si el Gobierno no cumple le pondrán bombas, y si no hay bombas es porque ha cedido”.
Pues menos mal que ya han pasado las navidades, porque si no, Rajoy se queda sin christmas de la Moncloa.
No nos engañemos, en el PP han dicho cosas peores (en el mismo debate: que era un “suicidio” apoyar al Presidente del Gobierno en la lucha contra el terrorismo), y esa afirmación de la concesión tiene más riesgos electorales que sociales (o si no que le pregunten a Josep Lluis Carod-Rovira cómo de caro le ha salido su famosa reunión).
La frase (que, sin duda, será recordada), era la última carta de Rajoy. Del mismo Mariano que, viendo que ya no está derrotado en las próximas elecciones, fue incapaz de aguantarse y soltó la idea que, por otro lado, no es nueva, sólo incencidaria e irresponsable.
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