“Mientras que los médicos entierran sus equivocaciones y los abogados los mandan a la cárcel, los periodistas son los únicos que firman sus errores y los publican en primera página”. El profesor de mi departamento,
Txema Ramírez de la Piscina, dejó escrita esta irónica reflexión en su interesante libro de mediados de los 90,
Gabinetes de comunicación.
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