miércoles, 29 de octubre de 2008

Un divorcio jugoso


La crisis también afecta al número de divorcios, y eso que el otoño suelen ser fechas de trabajo para los abogados que atienden a esas parejas que han decidido darse una última oportunidad durante el verano.

Sin embargo, los teléfonos de los despachos no suenan esta vez. Salvo los de dos, los de UPN y los del PP.

Ambos partidos han protagonizado el divorcio de la temporada (a falta de los usuales), y el reparto de bienes va a ser de lo más interesante.

Mi apuesta es que la caída de Miguel Sanz va a ser de las buenas. Y que, si bien es cierto que al PP le va a costar encontrar gente que llene sus listas en ayuntamientos, no van a faltar arribistas para el parlamento navarro.

Ni eso ni votantes ávidos de un discurso españolista duro sin los juegos malabares con los que UPN ya aburría al personal.

De este modo, la oportunidad la pintan calva para un nacionalismo vasco en Navarra en auge (no sólo el vasco y no sólo en Nafarroa): los votos no nacionalistas vascos se dividirán entre un PSN que ha jugado con fuego, un UPN que ya cansa y un PP que no va a dudar en meter la cuchara, siendo el gran damnificado CDN (demasiados trozos en una tarta pequeña).

Habrá que ver cómo es el futuro, pero para vista al pasado, me quedo con la que ha hecho Xabier Lapitz esta mañana en su programa sobre este mismo tema

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